Tuesday, April 25, 2006

La estancia La Aurora

¿Quién no ha escuchado hablar de la estancia “La Aurora”, en el departamento Salto de la República del Uruguay?. ¿Quién no se ha preguntado respecto al grado de veracidad de los sucesos, según se dice, allí ocurridos?. A partir de una secuencia de apariciones OVNI, la finca, propiedad de la familia Tonna ha recibido un aluvión de visitantes, investigadores y turistas de los cuatro confines del globo, que, en ocasiones más que reiteradas, han relatado observaciones de entidades humanoides, luces espectrales, extrañas distorsiones del tiempo y del espacio...

En estos últimos casos, uno se siente tentado de abordar una explicación parapsicológica de los fenómenos de la estancia uruguaya como generaciones ectocoloplasmáticas, “tulpas” o egrégoros, o “infecciones” telepáticas inconscientes, como si la extrema tensión vivida en la zona gatillara reservas de energía del inconsciente colectivo que se exteriorizaran materialmente.

A principios de 1991, un matrimonio cuyos datos, por expreso pedido de los mismos, mantenemos en reserva –lo que invalida el fraude o la mitomanía, donde la publicidad, amén de encontrarse con algunos dinerillos, es siempre la dominante– oriundos de la ciudad de Santo Tomé, provincia de Santa Fe, Argentina, viajó a la Aurora, en compañía de su pequeño hijo de tres años. Tras dos días sin grandes novedades, deciden improvisar un picnic, antes de despedirse del lugar, en el ya famoso monte de eucaliptus. Allí se les reúne un pequeño cabrito, y comienza la historia.

El padre obtiene varias fotos de su hijo jugando con el animal, una de ellas, la que reproducimos, donde el pequeñuelo fue recortado de la misma fotografía (tal la insistencia de sus padres en no ser reconocidos). Se observa al cabrito parado sobre sus dos patas traseras y al contemplar la copia algo llamó poderosamente la atención del matrimonio. Algo de lo que tienen la más absoluta seguridad que no estaba allí cuando se tiró la placa –atendiendo sobremanera al hecho de que cuidaron de dejar el lugar en las mejores condiciones de limpieza– y que parecía, a simple vista, uno de esos duendecillos o gnomos de los cuentos infantiles. En plan de averiguar de qué se trataba, nos trajeron la fotografía.

Reconocemos que de no inspirarnos confianza estas personas, seguramente la habríamos dejado dormir en el fondo de algún atestado cajón de nuestro escritorio. Pero les creímos. Esto puede ser muy subjetivo, de acuerdo, pero no es pecado, y a lo largo de estos años creemos haber desarrollado un particular olfato para saber cuándo somos víctimas de un fraude o no. Así que nos sentamos a poner en orden algunas ideas.

La impresión de “duende de historieta” se vio ampliada junto con la nueva copia. No somos particularmente reacios a admitir que en este universo el espíritu y la inteligencia pueden manifestarse de formas alternativas a las del hombre, lo que es lo mismo que decir que no nos repugna la posibilidad de que ciertos seres, “elementales”, coexistan con nosotros.
Pero tocados con gorro frigio, de rostro abotagado y abdomen prominente...

Claro que alguno puede preguntarse, lícitamente y después de todo –si por un momento aceptamos la existencia de estos humanoides– que las versiones renacentistas, barrocas y románticas también tuvieron origen en declaraciones testificales, y si a estos geniecillos se les ocurre andar por el mundo vestidos de esa manera, no somos estos servidores árbitros suficientes de la moda en dimensiones paralelas.

Pero se nos ocurre otra posibilidad, tal vez más seria (lo que no es más que un eufemismo para disfrazar nuestra reaccionaria actitud de rechazar hipótesis demasiado audaces). En Parapsicología conocemos un fenómeno llamado ectocoloplasmía, masa de ectoplasma –esa sustancia exudada por ciertos dotados– que adoptan una forma específica. Algo así como una ideoplastia o un tulpa, expresión tibetana para referirse a las formas de pensamiento. También hemos tomado debida nota de la relativa facilidad de obtener escotofotografías (literalmente: “fotografías en la oscuridad”) o, más correctamente, psicofotografías, como las de Ted Serios y otros. Así que la teoría es sencilla: el intenso deseo de los testigos por ver algo, o las energías remanentes de los grupos que visitan –en ocasiones con un alto nivel de dolor, estrés y esperanza– el lugar, podría haber creado esa fantasmagórica aparición, alimentada en recuerdos infantiles (porque, después de todo, ¿qué buscamos los amigos de lo insólito, sino satisfacer los sueños del niño que llevamos dentro?) y significando que entre el mundo de las ilusiones mágicas y el de la prosaica realidad cotidiana existe un vaso comunicante: el que duerme en los estratos más profundos del inconsciente del hombre.

En el Uruguay también habrían entradas al intramundo, aunque algunas son definitivamente de carácter dimensional, como las que se abren ocasionalmente en la Estancia la Aurora en Salto.

En la Estancia la Aurora, cuyo suelo es rico en cuarzos y cristales diversos, llega a concentrarse cada cierto tiempo una gran energía la cual colapsa el espacio-tiempo abriendo una puerta o ventana dimensional, a través de la cual los extraterrestres salen con sus naves o se proyectan, y suelen percibirse en los alrededores seres de luz, o siluetas luminosas con las que se puede establecer un contacto.

Allí no habría una ciudad intraterrena llamada Aurora, pero sí un portal interdimensional con el que se puede conectar con otra realidad quien ha despertado sus potencialidades y posee la vibración adecuada.

Nuestra experiencia en La Aurora. Por Bolinfo de Carlos.

A fines de noviembre de 2004 tuvimos la oportunidad de ser parte de un grupo de cuarenta personas que pasaron ese fin de semana en las termas de Dayman, a pocos kilómetros de Salto (Uruguay). Algunos de ellos llegaban con visibles síntomas de enfermedad.

En la mañana del sábado por ruta y luego por camino de tierra, fuimos a visitar la gruta del Padre Pío. Se podía apreciar la "energía" del lugar.

Recorrimos en silencio un sendero de quinientos metros, en los que se podían leer carteles que daban indicaciones o que invitaban a orar.

En respetuoso silencio y en fila esperábamos llegar hasta la imagen del Padre Pío. Algunos con un rosario en sus manos, otros tenían fotos de familiares, tal vez enfermos, otros llevaban peticiones escritas.

Al estar frente a la imagen nos conmovimos, sentimos emoción, se nos llenaron los ojos de lágrimas. Percibíamos la devoción, la fe de los que allí estaban...

En ese momento recordamos que Giorgio Bongiovanni recibió en ese mismo lugar uno de sus estigmas. Que el astronauta Neil Armstrong había estado aquí por varios meses en busca de los misterios de La Aurora...

Al volver vimos un grupo que meditaban sentados en círculo.

La guía juntó al nuestro y nos dijo que haríamos un ejercicio de liberación, que consistía en dejar en ese lugar todo los que nos aquejaba. Con los ojos cerrados comenzamos, pensando en todo lo que quisiéramos dejar. No pudimos precisar el tiempo que nos llevó realizar el ejercicio...

Una de nuestras compañeras comenzó a llorar desconsoladamente, inmediatamente fue atendida por los ayudantes de la guía.

En lo personal, al comenzar el ejercicio teníamos una sensación de congoja, de llanto reprimido. Al finalizar comprobamos que podíamos respirar profundamente. La sensación era de plenitud.

Después de almorzar, comenzó a llover. Los planes de volver al lugar por la noche se estaban diluyendo. Fuimos invitados a participar de un trabajo de sanación que llevó parte de la tarde. La experiencia fue muy intensa y a partir de ahí comenzamos a ver la mejoría, por lo menos en aspecto, de algunos integrantes del grupo.

A las cinco de la tarde vimos un enorme arco iris y la lluvia cesó. Volvieron nuestras esperanzas de ver las "luces". Después de cenar, subimos al ómnibus y nos dirigimos a La Aurora. Algunos comentaban sus experiencias anteriores, otros se mantenían expectantes.

El chofer del ómnibus nos informó al llegar al camino de tierra que sería imposible entrar en él, ya que el peso del vehículo no ofrecía seguridad. Luego del silencio y la sorpresa, empezamos a oír voces que insistían en ir igual, pero caminando.

Parte del grupo se quedó en el ómnibus. La otra, que éramos más de la mitad, por el camino embarrado y alumbrados solo por la luna llena comenzamos la caminata. Los más veloces llegaron en cuarenta minutos, otros tardamos cincuenta.

Cuando llegamos, vimos al primer grupo que se encontraba mirando el cielo y en silencio, hacia el sector donde se encontraba la luna. La guía comenzó a llamar los "seres" del lugar y vimos primero una luz que se movía a cierta altura cerca de unos árboles. Luego desapareció, al rato volvió pero esta vez acompañada de otra. Ambas se movían de distinta forma. Cuando le dábamos las gracias, parecían aumentar la intensidad del brillo.

Habremos estado una hora viéndolas, hasta que nos vinieron a buscar en autos, los que tuvieron que hacer varios viajes. Nosotros nos quedamos, fuimos los últimos en irnos. Sin antes ver otra luz que era distinta a las anteriores. Parecía tener forma de rombo, emitía una luz rosada y era muy brillante. La guía nos recomendó que volviéramos.

Comentarios finales.

Podemos afirmar que las "luces" no eran de aviones o autos, porque hacia donde mirábamos solo había campo. Tampoco creemos que hayan sido ovnis.

Se ha informado por gente del lugar y en publicaciones, que dentro de los campos de La Aurora, la colisión de un ovni provocó la destrucción de un árbol. Que ese sector sería la entrada a un portal interdimensional o como dicen otros a un mundo intraterreno.

Supimos además que la NASA vino a investigar y medir con sus aparatos el lugar, al recibir noticias de que tiempo atrás, los animales que se acercaban al árbol morían inexplicablemente y quedaban sus cuerpos como deshidratados.

Creemos que las "luces" corresponden a seres de luz. Se los llamaba por su nombre. Recordamos a Maia que era médica ginecóloga y al Padre Pío.

En cuanto a los que habían llegado con enfermedad, pudimos notar que se los veía revitalizados, de buen humor y con ganas de vivir. En lo personal notamos un significativo cambio de ánimo, ausencia de cansancio, a pesar de la intensiva actividad que desarrollamos. Hemos decidido regresar proximamente.

Los archivos abiertos de La Aurora

Luego del programa especial de "Vidas" sobre la estancia La Aurora, Facundo Ponce relata lo visto, lo sentido y lo inexplicable de un lugar y rodaje muy peculiar, que atrajo incluso a la propia NASA. El programa "Vidas", conducido por Facundo Ponce de León y producido por Contenidos TV para Canal 12, se caracteriza por ofrecer una mirada distinta sobre las historias de distintos personajes.

En su última emisión, mucha gente quedó impactada por el programa especial sobre la mítica estancia La Aurora, donde se reportan desde mucho tiempo atrás avistamientos de OVNIS. A causa de los innumerables testimonios el lugar se convirtió en el destino de peregrinación de un grupo de creyentes en fenómenos extraterrestres o paranormales.

En la emisión de Vidas, Facundo Ponce De León hizo un verdadero trabajo de campo entre el círculo de personas que frecuenta la estancia, con el gran mérito de no ser obsecuente ni condescendiente con el fenómeno, intentando escarbar qué tipo de fascinación ejerce el lugar. El momento más impactante del programa fue el final, donde la cámara pudo captar unas luces inexplicables, imposibles de pertenecer a un auto o a una casa, y con cierto movimiento. Los equipos también registraron varios sonidos indefinidos, a modo de zumbidos y ráfagas de aire.

Con Facundo Ponce de León charló El Portal, intentando descubrir qué sucedió realmente en un lugar en el que muy pocas cámaras entran. Más allá del fenómeno OVNIS en el tapete, la idea fue registrar sus sentimientos e impresiones sobre un lugar peculiar que sigue despertando fascinación, más allá del escepticismo que unos u otros puedan tener.

- ¿Por qué la dieta especial que te hicieron seguir, cuál es el motivo que te dieron y qué relación tiene con los contactos con extraterrestres que diferentes personas aducen tener?

Facundo: Según ellos, la dieta es para prepararte para el avistamiento. Se da a tres niveles: físico, espiritual y mental. La dieta consiste en no comer carne y una serie de alimentos por una semana, sumado a 36 horas de ayuno completo antes del día en que se va a la estancia. Le llaman preparar el cuerpo. La parte espiritual y mental refiere a ejercicios de lo que llaman "mantralización", una suerte de yoga, según ellos necesario para poder presenciar los avistamientos

- Pero dicha dieta, sumada al ayuno, ¿no generará un estado físico propicio a sufrir ciertas visiones ? ¿No será esa la explicación de los avistamientos de OVNIS?

Facundo: En mi caso en particular no se generó ningún estado alucinatorio. Yo hice un sacrificio muy grande con la dieta pero lo que yo vi fue presenciado también por el resto del equipo de Contenidos TV, que no hizo ningún tipo de ayuno.

- ¿Cómo llegaste a establecer ese grado de confianza entre personas que conforman un círculo muy cerrado?

Facundo: No es cerrado en absoluto, ellos reciben en forma abierta a cualquier persona que quiera ir. En cuanto a la confianza se generó naturalmente en la relación que establecimos durante el rodaje.

- En vistas de tu experiencia, ¿qué cambió en tu percepción del fenómeno de La Aurora entre el Antes y el Después del programa?

Facundo: Antes de la nota era completamente escéptico. Ahora eso es relativo. No te digo que creo, pero sí se produjo una apertura en mi forma de pensar. No afirmo que haya OVNIS en La Aurora, pero sí estoy dispuesto a conceder la idea de vida en otros mundos. Se generó una duda, una forma distinta de ver las cosas gracias al rodaje. Es decir, no creo en muchas cosas de las que dice Rafael (el personaje central sobre el que trató el programa), como sus levitaciones, su contacto con extraterrestres, pero no tengo duda que él realmente cree en ello, en que es sincero.

- ¿Lo que se vio a finales del programa lo percibiste de igual forma mediante tus propios ojos? ¿Cómo lo definirías?

Facundo: Lo que vimos no es exactamente igual, porque la cámara al hacer foco genera cierta sensación de movimiento, pero en vivo nos impactó muchísimo y lo apreciamos con claridad. Todos vimos las luces en el horizonte y es cierto que no podía tratarse de una casa o un auto, y te da esa idea de tratarse de una nave. Es decir, nosotros no lo podemos explicar, aunque las personas del grupo estaban convencidas de que se trataba de una nave extraterrestre.

- A la luz de lo vivido, ¿considerás que todo es charlatanería o creés que algo pasa allí?

Facundo: Indudablemente es un lugar especial, y eso se siente ni bien llegás allí. No se trata de creer en Ovnis o extraterrestres, pero notás una energía muy especial, dicho esto sin misticismo alguno. Cada lugar al que uno va tiene una atmósfera particular, desde un bar hasta un cumpleaños o una reunión con amigos.

En La Aurora nosotros sentimos algo muy especial, sobre todo en la gruta del Padre Pío, donde el aire tiene cierto espesor. Quizá es a causa de la sugestión que yo mismo creé en la previa del programa, pero lo cierto es que no es cualquier pedazo de tierra perdida en el Uruguay. Algo es muy distinto, pero no sé por qué.

- En el programa no sólo se vio una luz, sino también una serie de sonidos, ¿eso fue agregado en la edición?

Facundo: para nada. Con eso pasó algo rarísimo. No sabemos cómo se colaron los ruidos, pero nos dimos cuenta en la sala de edición. No lo podemos explicar ni por fallas técnicas ni por nada que hayamos escuchado ahí. Era como una ráfaga de aire y decidimos dejarlo, pero no los agregamos nosotros y no sabemos cómo se dio, fue bastante impactante sentirlos. Con respecto a lo que vimos, para los creyentes era algo normal, ellos no dudaban en atribuirle origen extraterrestre. La explicación de ellos es la siguiente: cada uno cree lo que quiere creer, o ve lo que quiere ver. Nosotros quizá interpretaríamos en forma distinta lo que perciben.

- ¿Cómo es la historia de la NASA, realmente estuvo allí?

Facundo: Eso fue tal cual, pero nadie sabe a qué vinieron. Un equipo de la NASA estuvo en una parte de la estancia a la que no se permite ingresar porque es privada. En Internet no se encuentra nada al respecto, pero lo que sí es seguro es que la NASA vino a estudiar algo, lo que indica al menos que se trata de un lugar especial, aunque sea para fenómenos atmosféricos. De todos modos, no se sabe la razón de la visita.

¿Cuales son los puntos claves o calientes en el Uruguay?

Increíblemente podría afirmar que todo el Uruguay es un punto caliente. La actividad Ovni es abundante y el origen místico de nuestro país también alimenta esta percepción.

Pero de todas formas hay lugares que se destacan, como por ejemplo la estancia “La Aurora” en el departamento de Paysandú, también la zona de San Ramón en Canelones, las Sierras de Minas, Piriápolis, la laguna Negra en Rocha, etc.

Pero las zona más famosa es sin duda La Aurora. Aquí se vivieron muchísimas cosas relacionadas con el fenómeno Ovni, sobr etodo en la década del 80, cuando el lugar era visitado por muchísima gente y varios vivían avistamientos masivos, experiencias místicas, curaciones milagrosas y hasta verdaderos contactos con seres de otras realidades.

Lo cierto es que toda la zona esta compuesta en su suelo por piedras de cuarzo, lo que lo hace naturalmente muy energético. La líneas geobiológicas que atraviesan la zona fueron medidas y tienen un ancho de hasta más de diez metros, cuando lo normal es que midan centímetros. Los aparatos electrónicos fallan comúnmente e inclusive los GPS muchas veces marcan una ubicación errónea.

En esta zona se habla de entradas a mundos subterráneos, de entradas a otras dimensiones, de bases ET y de vórtices energéticos naturales. Algunos testigos y protagonistas de historias supuestamente vividas allí, alimentan estas teorías.

¿Que hay de cierto que Neil Amstrong y otras personalidades han visitado la hacienda de la Aurora?, ¿que crees que hay ahí?

Quien era dueño de la estancia, el señor Angel Tona, tuvo una comunicación mas activa con respecto a lo que pasaba en sus estancia, Tona falleció hace un tiempo y a cargo quedaron sus hijos, quienes mantienen una reserva muy entendible. Lo que quiero decir es que han cerrado un poco la puerta, debido a la desacreditación y por un cuidado natural que quieren hacer. Esto hace que la información siempre sea confidencial y escasa. No cuentan abiertamente lo que allí sucedió y sucede (esto es una observación mía).

De todas formas tengo la información de buena fuente que efectivamente Neil Amstrong estuvo en La Aurora, claro que no en visita oficial, mas bien en visita reservada ( siete u ocho veces), y habría hecho contacto en la estancia con un ser que habría acompañado a la misión del Apolo XI en su viaje a la luna. Esto podría confirmar eso que se dice que las misiones espaciales de la humanidad siempre están vigiladas de cerca por seres naves de otros mundos.

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