Monday, October 08, 2007

El Sanatorio de Agramonte de Moncayo - España

Fuente: El heraldo, Cuarto Milenio, Iker Jimenez
El sanatorio se encuentra en pleno parque natural del Moncayo y
actualmente amenazante de ruina, construido en los años 30 con el fin de
recluir a los enfermos de tuberculosis con la esperanza de la curación,
unos pocos años más tarde pasaría a manos de la Hermanas de la caridad, por lo que en su mayoría los pacientes eran mujeres, pero más tarde
también hombres tendrían cabida. Durante el tiempo en que el sanatorio estuvo en funcionamiento en uno u otro momento, personas de todas las edades fueron internadas. Una enfermedad temible, la tuberculosis y
enfermedades pulmonares, que darían muerte a una importante cantidad de pacientes tras una agonía terrible.
En 1978 el sanatorio cerraría definitivamente sus puertas para quedar en total abandono y como ocurre en tantos casos similares, la leyenda y el misterio se apoderarían del lugar.
Desde los años 80, son muchos los que acuden allí con grabadoras y cámaras con el objetivo de capturar alguna "psicofonía" o la estela de algún fantasma. Ése es el mismo ánimo que movía al equipo de "Cuarto milenio",
aunque no parece que hayan tenido mucho éxito en su empeño.
Briongos afirma que durante la grabación se escucharon "ruidos de puertas
abriéndose y cerrándose, y eso que el edificio se encuentra en estado
ruinoso y hace tiempo que se perdieron las puertas". Pero, al parecer,
esos extraños ruidos no fueron registrados por los micrófonos.

Lo que sí grabaron las cámaras fueron las palabras de la vidente, que aseguró haber visto al menos dos presencias "fantasmagóricas", una de una mujer y otra de un hombre. "El momento más escalofriante de la noche fue cuando la vidente se puso a hablar con un supuesto espectro que le dijo que no debía internarse más en el edificio. Ella le preguntó por qué razón y el fantasma respondió: "El mal está dentro".
Enclavado en un paraje montañoso del Moncayo, muy cerca de Tarazona y del monasterio de Veruela (donde Bécquer escribió y ambientó sus leyendas más terroríficas), el sanatorio de Agramonte languidece por el olvido y
la desidia. Su propietario, el Ayuntamiento de Tarazona, ha planteado varias veces recuperarlo como centro turístico, pero el desinterés del sector privado por invertir en la rehabilitación del edificio lo ha llevado a la ruina y ha alimentado todo tipo de leyendas sobrenaturales.
Con esos antecedentes, cualquier crujido de las vigas o la más leve brisa pueden ser interpretadas como fenómenos paranormales.